
Una Oportunidad para Comenzar
el Cambio que Necesita en su Vida
Conocerse para Cambiar

Un método para conocerse
Conócete a ti mismo, rezaba en el frontispicio de la Academia más importante de todos los tiempos. Ni que decir tiene que es la primera condición para poder comprender lo que a uno le pasa. Nosotros utilizaremos un método para la introspección que ha acreditado su carácter fiable al tiempo que sencillo y sin barroquismos innecesarios: el Análisis Transaccional. Se trata de una teoría de la personalidad y de las relaciones humanas, basada principalmente en el análisis de los Estados del Yo, las Transacciones, los Juegos Psicológicos y los Guiones de vida.Se adhiere a los principios de la filosofía humanista y en la actualidad, se aplica para la psicoterapia, el crecimiento y el cambio personal u organizacional en numerosos campos. Sus conceptos se expresan por medio de un vocabulario sencillo y original buscando ante todo la comprensión de los fenómenos por parte de todos (profesionales y clientes). Sus modelos de análisis son fundamentalmente descriptivos. Sus explicaciones son intencionadamente fáciles y próximas a las vivencias inmediatas de las personas.
Por lo tanto, me parece interesante que iniciemos una incursión en un método de descripción de la personalidad humana tan pedagógico como el ofrecido por el Análisis Transaccional.

Como nos relacionamos
Tras la incursión en el Análisis Transaccional, estamos en condiciones de detenernos en las claves de la relación con los demás. Veremos cómo se nos condiciona desde el o los elementos que se relacionan con nosotros y comprenderemos como nuestra manera de relacionarnos incide y afecta a la calidad y resultados de la comunicación.
En el apartado de las transacciones hemos visto cómo se nos puede condicionar en una dinámica relacional. Estas particularidades expuestas en el capítulo "Un método para conocerse" han de ser tenidas muy en cuenta a la hora de abordar aspectos de la relación entre personas. También van a resultar determinantes otras descripciones allí reseñadas, como el triángulo de Karpmann ó los juegos psicológicos que tan magistralmente descifró Eric Berne.
Asi, pués, una vez realizada la inmersión en el análisis transaccional, vamos, a adentrarnos en las claves comunicacionales para posteriormente integrar los aspectos relacionales determinantes.

El manejo de las emociones
A nadie le extraña que antes de lanzarnos a ejercer una actividad se nos exija capacitación y competencia para la misma, es decir se nos forme y se nos evalúe para demostrar los conocimientos. Igualmente ocurre con el manejo de vehículos, y nos parece una fase previa justificada y muy necesaria para nuestra seguridad y la de los demás.
Sin embargo, somos pilotos de nuestra propia vida, sin apenas nociones de algunos elementos que se demuestran como claves para nuestra existencia. Hablamos de las emociones. Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras.

La pirámide de Maslow
La Pirámide de Maslow es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra: Una teoría sobre la motivación humana (A Theory of Human Motivation) de 1943, que posteriormente amplió. Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados.
Muestra una serie de necesidades que atañen a todo individuo y que se encuentran organizadas de forma estructural (como una pirámide), de acuerdo a una determinación biológica causada por la constitución genética del individuo. En la parte más baja de la estructura se ubican las necesidades más prioritarias y en la superior las de menos prioridad.
Así pues, dentro de esta estructura, al ser satisfechas las necesidades de determinado nivel, el individuo no se torna apático sino que más bien encuentra en las necesidades del siguiente nivel su meta próxima de satisfacción. Aquí subyace la falla de la teoría, ya que el ser humano siempre quiere más y esto está dentro de su naturaleza. Cuando un hombre sufre de hambre lo más normal es que tome riesgos muy grandes para obtener alimento, una vez que ha conseguido alimentarse y sabe que no morirá de hambre se preocupará por estar a salvo, al sentirse seguro querrá encontrar un amor, etc.
La Jerarquía de Maslow plantea que las personas se sentirán más motivadas por lo que buscan que por lo que ya tienen.